Autos robados cruzan de Panamá a Costa Rica
En los últimos meses, un grave problema de tráfico ilegal de vehículos ha surgido entre Panamá y Costa Rica, con la implicación de organizaciones criminales que se encargan de introducir autos robados o utilizados en crímenes.
A través de métodos sofisticados, estos vehículos logran cruzar las fronteras de ambos países, eludiendo los controles de seguridad y afectando tanto a la seguridad pública como a la economía.
Modus operandi de las bandas criminales
Las bandas delincuenciales en Panamá han encontrado formas ingeniosas para traficar autos robados hacia Costa Rica. Según el subdirector de la Autoridad Nacional de Aduanas de Panamá, Reynaldo Javier Bello Méndez, estas organizaciones obtienen permisos falsificados o recurren a zonas sin vigilancia para enviar los vehículos a Costa Rica. La manipulación de documentación y el uso de sistemas de multitraspaso permiten que los autos lleguen a nuestro país, a menudo con la intención de ser vendidos o utilizados en actividades delictivas.
El tráfico de estos vehículos no se limita solo a autos de lujo. Se ha detectado que los delincuentes panameños contactan a grupos en Costa Rica para facilitar la venta o el uso de los vehículos, estableciendo redes internacionales de crimen organizado que operan sin control en las fronteras.
Recuperación de vehículos robados
En una reciente operación conjunta, las autoridades de Panamá y Costa Rica lograron localizar varios vehículos robados dentro de territorio costarricense. A finales de julio, se recuperaron dos pickups en Sabalito de Coto Brus y Ciudad Neily, ambos con registros de robo en Panamá. La intervención de la policía costarricense fue fundamental para detener a los responsables y evitar que los vehículos fueran vendidos o utilizados en otros delitos.
En octubre, un Toyota Hilux con denuncia de robo en Panamá fue hallado en un taller en Costa Rica, donde ya se habían alterado los números de chasis. Durante 2024, las autoridades han recuperado 37 vehículos robados entre ambos países, 23 de los cuales fueron encontrados en Costa Rica.
Desafíos para las autoridades
Aunque las autoridades costarricenses están al tanto de estas operaciones, aún no se han abierto investigaciones a nivel nacional sobre las redes que trafican vehículos. Sin embargo, la fiscalía costarricense ha reconocido que existen grupos organizados que también participan en el robo de autos en Costa Rica, para luego enviarlos a Panamá, donde son puestos a la venta.
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de la Fiscalía General, señaló que estas organizaciones son muy bien estructuradas y operan de manera eficiente, utilizando abogados y funcionarios públicos corruptos para facilitar el proceso. En Costa Rica, los vehículos robados generalmente son de alta gama y se envían a Panamá para ser comercializados en mercados ilegales de autos de lujo.
Impacto en la seguridad y las investigaciones
El tráfico ilegal de vehículos afecta directamente a la seguridad en ambas naciones. Los autos robados y utilizados en crímenes, incluidos asaltos y homicidios, circulan sin control, poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos. La cooperación internacional entre Panamá y Costa Rica ha sido crucial para el seguimiento de estos casos y la desarticulación de estas redes delictivas.
El gobierno de Panamá continúa trabajando en conjunto con el Servicio Nacional de Fronteras y Aduanas para fortalecer los controles en las fronteras y evitar la introducción de vehículos ilícitos. Las autoridades están tomando medidas para interceptar el tráfico de autos robados, aunque aún queda mucho por hacer para erradicar estas prácticas.
El tráfico de vehículos robados entre Panamá y Costa Rica es una problemática que afecta a ambos países, generando riesgos de seguridad y alimentando el crimen organizado. Las autoridades deben seguir intensificando los esfuerzos para desmantelar estas redes y recuperar los vehículos robados, mientras se establecen políticas más estrictas para controlar el tráfico ilícito y proteger a los ciudadanos de ambos países.
