“Avanza Plan para Romper Monopolio de Fanal”.
El plan fue aprobado con una ajustada votación de cinco a favor y cuatro en contra. Los legisladores del PLN y el Frente Amplio votaron en contra, defendiendo la continuidad del monopolio de Fanal.
Este miércoles, en una votación que dejó en evidencia las divisiones en la Asamblea Legislativa, la comisión de asuntos económicos dictaminó con cinco votos a favor y cuatro en contra el proyecto de ley que busca abrir el monopolio de la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) y la producción de alcohol industrial en Costa Rica. La iniciativa, presentada por el Partido Liberal Progresista (PLP), ha generado un amplio debate sobre los posibles impactos en la economía y la industria nacional.
Los votos a favor provinieron del PLP y de otros legisladores que apoyan la apertura del mercado. Sin embargo, las fracciones del Partido Liberación Nacional (PLN) y el Frente Amplio se opusieron, argumentando que romper el monopolio de Fanal podría desestabilizar una industria que ha sido controlada por el Estado desde hace más de un siglo y medio. Los detractores consideran que la medida podría traer consecuencias negativas para las pequeñas empresas y el sector agrícola.
El origen del monopolio: un modelo desfasado
El modelo de comercialización de la Fanal se remonta al siglo XIX, con una normativa vigente desde 1853. A lo largo de los años, se ha mantenido como un monopolio estatal, lo que ha generado cuestionamientos sobre su capacidad para adaptarse a las necesidades actuales del mercado. Según los defensores de la iniciativa, modernizar este modelo es esencial para fomentar la competitividad y mejorar el acceso al alcohol industrial, un insumo fundamental para diversas industrias en el país.
Juan Ignacio Pérez, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA), señaló que “el monopolio del alcohol en manos de Fanal y sus problemas de abastecimiento ha colocado, en reiteradas oportunidades, en aprietos a todos los productores de gran cantidad de productos, particularmente a la micro y pequeñas industrias, que no tienen otra opción más que depender de un viejo monopolio”. Esta falta de competitividad ha afectado la producción de alimentos, medicamentos y otros productos que requieren alcohol industrial para su elaboración.
¿Qué implicaría abrir el mercado?
De aprobarse el proyecto de ley, se permitiría la participación de empresas privadas en la producción y distribución de alcohol industrial, lo que según sus defensores, aumentaría la eficiencia y reduciría los costos para las industrias que dependen de este insumo. Sin embargo, los críticos señalan que una apertura desregulada podría poner en riesgo el control estatal sobre un recurso estratégico y abrir la puerta a prácticas comerciales abusivas.
Además, la posible privatización del sector ha generado preocupaciones sobre el impacto en los ingresos del Estado, ya que Fanal representa una fuente de financiamiento para diferentes programas sociales.
El debate sobre el futuro de Fanal está lejos de terminar, y en las próximas semanas se espera que continúe generando controversia en la Asamblea Legislativa y entre los diversos sectores económicos del país.