“Costa Rica: ¿Realmente Está en Peligro la Libertad de Prensa?”
“¿Libertad de Prensa en Costa Rica? La Verdad Oculta Detrás de las Denuncias y los Índices Internacionales”.
POR MARIANA ARTAVIA
¡Ah, las tragicomedias de la política costarricense! Ese lugar donde, según ciertos organismos, el periodismo está “asfixiado” por un régimen opresor. ¿Dónde habré leído esto antes? Ah, claro, en países donde los medios son propiedad del Estado, los periodistas desaparecen misteriosamente, y la verdad es rehén de los gobernantes. Pero, por favor, ¿Costa Rica? ¡Qué descaro! Hablar de “restricción” a la libertad de prensa cuando la misma prensa puede publicar lo que le venga en gana, a cada segundo, lanzando dardos, cuchillos y todo tipo de armamento verbal al gobierno. ¡Claro! Porque eso es exactamente lo que hace una dictadura, ¿no? Permitir que sus críticos hablen libremente.
Vamos, no seamos ingenuos. Si la prensa costarricense estuviera realmente “reprimida”, ¿por qué demonios seguimos viendo a medios como La Nación o CRHoy y otros tradicionales, tirando granadas mediáticas día tras día? ¿A qué periodista se le ha puesto una mordaza? ¿Cuántos han sido encarcelados? Ni uno. Pero, claro, lo que tenemos aquí no es censura, sino una rabieta monumental de esos mismos medios que han vivido de chupar la teta del Estado durante años. Y ahora que se les ha cerrado el grifo, lloran. Pobrecitos, ¿cómo se atreven a quitarles sus ingresos garantizados?, la famosa “Pauta estatal”.
El Índice Chapultepec dice que Costa Rica ha caído en picada en términos de libertad de prensa. ¡Qué escándalo! Según ellos, la “libertad” se está desmoronando a una velocidad alarmante. ¡Por favor! No confundan una crítica pública con un ataque a la prensa. En cualquier democracia digna de ese nombre, el gobierno tiene el derecho de defenderse de las mentiras, sobre todo cuando los medios venden humo y distorsionan la realidad. Lo irónico es que estos medios, que afirman estar “perseguidos”, publican estas quejas sin ningún obstáculo. De hecho, tienen la audacia de afirmar que el presidente les está “atacando” por decir la verdad, como por ejemplo para cuando La Nación terminará de pagar lo que ilegalmente en el gobierno PAC se le dio de la CCSS, haaaaa pero ellos mientras siguen ejerciendo sus funciones como si nada. ¡Qué farsa más cómica!
Y hablemos de la narrativa del “ataque a la prensa”. Resulta que algunos periodistas han sido “agredidos” verbalmente. ¡Pobrecitos! En un país donde nadie se atreve a poner un dedo encima a un periodista, ¿nos van a venir a llorar por insultos en redes sociales? ¿Estamos bromeando? En un país con verdadera censura, esos periodistas no solo recibirían insultos: recibirían visitas nocturnas de hombres encapuchados. Pero no, aquí los “agresores” son troles de internet. ¡Ay, qué miedo! Los troles. ¡Eso sí es una amenaza a la democracia!
Y para colmo, nos meten en el informe que el Ejecutivo tiene una “influencia fuerte” sobre la prensa. Pues claro, cuando un medio miente, el gobierno tiene todo el derecho del mundo a responder. ¿Eso es censura? ¿Eso es represión? No, señores, eso es democracia. ¿O es que la libertad de expresión solo aplica para los medios, pero no para los políticos? Seamos serios.
Entonces, según el informe, en Costa Rica hay una “alta restricción” a la prensa. ¡Por supuesto! Alta restricción significa que los periodistas pueden seguir publicando todo lo que quieran, sin ninguna consecuencia real. ¡Qué oprimidos están! Pobrecitos. Es increíble cómo estos medios, que se autodenominan defensores de la verdad, han distorsionado completamente lo que significa represión. No confundamos la pérdida de privilegios económicos con la pérdida de libertades. La verdadera pérdida aquí es la credibilidad de los medios tradicionales, que durante años vendieron humo y, ahora que se les acabó la fiesta, claman por ayuda internacional.
En resumen, no estamos ante un ataque a la libertad de prensa en Costa Rica. Estamos ante una prensa que no puede lidiar con el hecho de que ya no es la intocable que era antes. Y si no les gusta, que se vayan a buscar refugio en otros países donde sí se silencian periodistas. Ahí tal vez entenderían lo que significa una verdadera represión.
Estoy totalmente de acuerdo ,los políticos descendientes de la oligarquía cafetalera ,que se creen dueños de éste país , hasta compraron un periódico para manejar las conciencias de la gente ,y con pagos denominados pautas publicitarias les pagaron para taparles la boca así ,nunca hablaron claro ,más bien enredaban a la gente con la terapia de la desinformación,canales de televisión que con tal de avatar una noticia programaba hasta partidos de fútbol añejos y sin trascendencia