Detención de Sacerdote en Nicaragua Aumenta las Tensiones entre la Iglesia y el Gobierno de Ortega.
La detención del sacerdote Leonel Balmaceda, de la Diócesis de Estelí, en el norte de Nicaragua, ha encendido nuevamente las alarmas sobre el deterioro de las relaciones entre el Gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica. Este suceso, ocurrido el pasado sábado, ha sido denunciado por feligreses y opositores, quienes lo consideran un nuevo episodio de la represión gubernamental hacia la Iglesia.
Un Nuevo Capítulo de Persecución
El sacerdote Leonel Balmaceda, quien lidera la parroquia Jesús de Caridad en el municipio de La Trinidad, fue arrestado en la mañana del sábado por agentes de la Policía Nacional. La noticia fue difundida en redes sociales por el organismo Info-Diócesis de Estelí y por la activista nicaragüense Haydeé Castillo, quien también fue despojada de su nacionalidad. Junto a Balmaceda, también fue detenida Carmen Sáenz, colaboradora de la Curia Episcopal de la Diócesis de Matagalpa.
Hasta el momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han emitido comentarios oficiales sobre esta detención, manteniendo su acostumbrado silencio ante situaciones similares.
Contexto de Tensión
La Diócesis de Matagalpa, actualmente dirigida desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, ha sido un foco de conflicto entre la Iglesia y el Gobierno de Ortega. Álvarez, quien también es administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue excarcelado y enviado a Roma en enero pasado, en un movimiento que reflejó las tensas relaciones entre Nicaragua y el Vaticano.
El pasado jueves, el Gobierno nicaragüense informó sobre el envío de un grupo de sacerdotes al Vaticano, un hecho que fue interpretado por fuentes políticas como un intento de presionar al Vaticano para que nombre nuevos obispos en las diócesis de Matagalpa y Estelí. Estos sacerdotes, todos de la Diócesis de Matagalpa, estaban detenidos y bajo vigilancia en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua, antes de ser trasladados al Vaticano.
El Caso del Obispo Rolando Álvarez
El obispo Rolando Álvarez ha sido una de las figuras más emblemáticas de la resistencia eclesiástica contra el régimen de Ortega. Álvarez, que se negó a abandonar Nicaragua cuando el Gobierno intentó enviarlo al Vaticano junto a otros sacerdotes y seminaristas, fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión por delitos considerados de traición a la patria. Además, fue despojado de su nacionalidad y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida.
La condena contra Álvarez se produjo un día después de que se negara a subir al avión que lo llevaría a Estados Unidos junto a otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses. Esta negativa provocó la ira del presidente Ortega, quien lo calificó de “soberbio” y “desquiciado” en cadena nacional.
Tensión Creciente
Las relaciones entre el Gobierno de Ortega y la Iglesia católica en Nicaragua se encuentran en un punto crítico. La expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas con el Vaticano son indicios de un conflicto que no muestra signos de apaciguarse. La reciente detención del sacerdote Balmaceda y la presión sobre la Iglesia católica parecen ser parte de una estrategia gubernamental para debilitar a una institución que históricamente ha sido una voz crítica en el país.