“El Piano de la Hipocresía: Jacques Sagot, Dictadores Imaginarios y la Comedia del PLN.
POR MARIANA ARTAVIA, MUNDOACR.COM
Ah, Jacques Sagot. El célebre pianista, exdiplomático y ahora improvisado crítico político, que al parecer decidió tocar una nueva melodía, una que desafina con más ironía que una comedia de mal gusto. Antes, bajo las notas de su piano, era el adulador de Óscar Arias, el “idealista” que nos iluminaba con frases sobre los costarricenses pensando en “chiquito”. Pero claro, en aquel entonces el PLN era su musa, y Sagot tocaba en perfecta armonía con los grandes de su partido. Ahora, ¿qué nos queda? Un Jacques Sagot convertido en defensor de la democracia, acusando a Rodrigo Chaves de dictador de facto y “agresor universal”. Vamos a diseccionar esta obra maestra de la hipocresía política, porque no hay mejor forma de entender el circo que con un análisis serio… y una buena dosis de sarcasmo.
El pianista indignado y su villano favorito
¿Dictador de facto? ¡Qué original! Uno esperaría más de un hombre tan culto y versado. Pero no, Sagot, como tantos otros que han perdido relevancia política, se aferra a esa gastada narrativa de “dictador”. ¿Por qué no? Después de todo, si algo ha funcionado para demonizar a los líderes impopulares en ciertos círculos intelectuales, es esa etiqueta. ¿Acaso no se le ocurrió nada más? Podría haber sido más creativo, Sagot. Quizás podrías haber dicho que Chaves es un tirano que oprime a los costarricenses con… ¿el presupuesto nacional? ¡Qué horror! O tal vez un “conquistador universal”, porque, ya sabes, Costa Rica siempre ha sido famosa por sus ambiciones imperialistas, ¿verdad?
El problema aquí no es que critique a Chaves. Críticas válidas siempre son necesarias. El problema es la pobreza intelectual y la falta de originalidad. Sagot nos presenta una caricatura de Chaves digna de una película de clase B. Se enciende la luz, Sagot toma su piano, y comienza su recital de hipocresía. Ahora, es el defensor de la moral política, el que ve con horror cómo el país es dirigido por alguien que, según él, “no sabe gobernar”. Qué curioso que no usara ese mismo tono para referirse a los abusos del PLN cuando estaban en el poder. Claro, porque entonces Sagot estaba demasiado ocupado tocando notas a favor de Arias y Chinchilla, sus benefactores políticos.
Sagot y el arte de gobernar
Sagot habla de la “incapacidad” de Chaves para gobernar, una acusación que en su boca suena casi cómica. ¿Mandar no es gobernar? Curioso argumento para alguien que apoyó a un partido que durante años “mandó” en el país mientras la corrupción y el clientelismo devoraban las instituciones. Sagot, que parece haberse autoproclamado el gran sabio sobre el arte de gobernar, insiste en que Chaves no entiende el valor de las alianzas y la negociación. Oh, Sagot, ¿dónde estabas cuando tu adorado PLN desmantelaba la confianza pública con sus “alianzas” con contratistas corruptos y amiguismos descarados? Tal vez estabas afinando tu piano, esperando la próxima oportunidad para tocar alguna pieza en honor al partido que te dio una embajada.
El ataque personal: ¿Chaves está loco?
Luego tenemos el ataque clásico: cuestionar la salud mental del presidente. Porque claro, cuando ya no tienes argumentos sólidos, ¿por qué no insinuar que el tipo está loco? Sagot nos regala esa joya con una sonrisa arrogante, sugiriendo que Chaves debería ser examinado por un psicólogo. ¡Qué fina observación! Quizás un psicólogo debería también evaluar cómo alguien como Sagot puede pasar de ser un adulador del poder a un furioso crítico, todo dependiendo de quién esté al mando. Pero no nos adelantemos, quizás Sagot solo sufre de una forma avanzada de “nostalgia política”. Aquella que te hace recordar con cariño los tiempos en que el PLN llenaba tus bolsillos mientras tú tocabas notas de amor y esperanza para ellos.
Jacques Sagot, el defensor de la nada
En resumen, Sagot, tu discurso es tan predecible como un mal concierto de piano. Tildar a Chaves de dictador y agresor universal es el tipo de retórica floja que solo sirve para reforzar tu propio ego y mantenerte en la palestra mediática. ¿Crítica seria? Difícil encontrarla en medio de tanto melodrama. La verdad es que, al igual que tantos otros exfuncionarios del PLN, estás tratando de sobrevivir en la irrelevancia política tirando piedras desde tu torre de marfil. Pero cuidado, Jacques, porque con cada nota que tocas, más gente empieza a ver el verdadero espectáculo: uno donde la hipocresía y la nostalgia por el poder perdido son los protagonistas.
Así que, si realmente quieres que te tomen en serio, tal vez deberías bajar del piano y empezar a hablar con algo más de coherencia y menos condescendencia. Porque mientras sigas en esta línea, la única melodía que seguirás tocando será la del resentimiento disfrazado de crítica intelectual.