“¡Qué sorpresa! El gasto social: ¿salvavidas o pozo sin fondo?”.
Por Anibal Newman, MUNDOACR.COM
La misma hablada del PLN durante años, mas cuando se acerca elecciones presidenciales.
Oh, ¡cómo nos ilumina el diputado Óscar Izquierdo con su análisis profundo! Porque, claro, las “disminuciones” en educación, salud y protección social que señala son una especie de cataclismo inminente. Según su perspectiva, cada colón que no se invierte en estos programas es una vida en riesgo. Muy poético, sí. ¿Pero será que el diputado se ha tomado un minuto para pensar en la otra cara de la moneda? En un país donde el gasto social a menudo se convierte en un pozo sin fondo para alimentar la ineficiencia y los intereses políticos, tal vez – solo tal vez – reducir un poco el despilfarro podría ser lo que Costa Rica necesita para, oh no sé, dejar de colapsar financieramente.
Izquierdo parece estar más preocupado por las “puertas que se cierran” para los niños, las familias y los hospitales. Sin embargo, ¿acaso no es un poco irónico que estas mismas preocupaciones salgan a flote cada vez que las elecciones están a la vuelta de la esquina? Vaya casualidad. Porque, después de todo, ¿no es este el mismo partido que ha estado en el poder durante décadas, contribuyendo con su infinita sabiduría a crear los problemas estructurales que ahora tanto lamentan? Sí, claro. La nostalgia por la Costa Rica de antaño, donde todo estaba bien mientras se seguía financiando el clientelismo político a través de programas sociales poco efectivos, debe ser encantadora. Pero seamos realistas: sostener esa carga con un país endeudado hasta el cuello no suena como la receta para el éxito.
Lo más delicioso de la narrativa de Izquierdo es su afirmación de que “no podemos privilegiar el ahorro sobre la vida”. Hermoso, ¿no? Sin embargo, tal vez el buen diputado debería preguntarse si privilegiar el gasto irracional no es también un riesgo para la vida del contribuyente que paga los salarios de los políticos, las pensiones de lujo y el mantenimiento de una asamblea legislativa que, francamente, ha demostrado ser uno de los mayores circos en la historia política del país. Porque, sí, mientras el PLN lamenta los recortes, ¿cuánto se ha hablado de reformar los sistemas ineficientes que supuestamente “protegen” a los más vulnerables? Parece que la única propuesta que nunca llega es la de hacer que esos recursos se manejen con verdadera responsabilidad.
Ah, y la cereza del pastel: la “ilusión de la posverdad.
¡Ah, el Partido Liberación Nacional! Siempre tan predecible, sacando la vieja táctica de “ayuda social” como si fuera una novedad fresca. Y aquí está nuestro protagonista, el honorable diputado Óscar Izquierdo, con su cínica oda a la benevolencia del Estado. ¡Qué conmovedor! Nos pinta un apocalipsis social si osamos recortar un centavo del presupuesto de bienestar. Pero, esperen, ¿en qué mundo vivimos donde el “bienestar” social equivale a seguir regando dinero en un sistema podrido, desactualizado y que hace tiempo dejó de funcionar?
Izquierdo, en su desesperado intento por parecer el defensor de los desvalidos, nos regala una frase digna de una obra de teatro de tragedia barata: “No podemos privilegiar el ahorro sobre la vida”. ¡Por favor! Suena casi heroico si no fuera por el pequeño detalle de que el PLN lleva décadas privilegiando algo muy distinto: sus bolsillos. ¿Privilegiar el ahorro sobre la vida? Vamos, Izquierdo, ¿de qué vida estás hablando? Porque las vidas de los costarricenses están siendo exprimidas cada día para pagarle a los dinosaurios del sistema público y sus jugosos beneficios.
Lo mejor de todo es cómo intenta hacernos sentir que cada colón que no se invierte en programas sociales es un niño sin educación, una familia desamparada, una puerta cerrada. ¡Oh, qué doloroso! Casi lloro de la emoción… pero no. Porque resulta que cada colón que se despilfarra en programas ineficaces no es más que otro ladrillo en el muro de corrupción y desperdicio que el PLN ha estado construyendo por años. Izquierdo se rasga las vestiduras hablando de “solidaridad”, pero ¿dónde estaba esa solidaridad cuando los suyos hundían al país en deuda y malversación?
Izquierdo sigue con su melodrama, mencionando los hospitales y el sistema de salud. Claro, porque todos sabemos que lo que más necesita el sistema es más dinero, no reformas. ¿Y qué mejor manera de ocultar la falta de visión que seguir arrojando millones a la hoguera? “Invertir con visión de futuro”, dice él, mientras ignora descaradamente el elefante en la sala: la falta total de responsabilidad fiscal.
Ah, y luego viene lo de la “ilusión de la posverdad”. ¡Vaya! Ahora resulta que la posverdad es lo que está “comprometiendo el futuro de Costa Rica”. No, querido Izquierdo, lo que compromete el futuro de Costa Rica es seguir manteniendo un aparato estatal que parece más interesado en su supervivencia que en la del país. Su llamado a no sacrificar el “bienestar social” es una farsa. Es la misma cantaleta de siempre: “Más gasto, menos austeridad”, porque, claro, si el país se va al diablo, al menos lo hará con su presupuesto intacto.